La lactancia materna tiene múltiples beneficios, tanto para la madre como para su hijo. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud recomienda mantenerla como fuente de nutrición exclusiva hasta los seis meses de vida y complementaria a la alimentación, hasta los dos años o más.
En Chile se han alcanzado importantes avances en este tema, posicionándonos como un país con indicadores destacados a nivel internacional. Según datos del Ministerio de Salud, la mantención de la lactancia materna al sexto mes se ha incrementado en más de un 40% durante los últimos 30 años y en los últimos 10 años ha aumentado más de un 10%, alcanzando actualmente un 57%. A nivel mundial, solo un 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva.
En esta línea, la doctora Mariana Hevia, pediatra y nutrióloga pediátrica de Clínica Dávila, entrega una serie de claves que sirven de guía y apoyo a las madres en su proceso de lactancia:
- Iniciar la lactancia a libre demanda desde el nacimiento del hijo, inmediatamente después del parto.
- Hacer lo posible por mantener durante los primeros seis meses de vida del niño la lactancia materna exclusiva, es decir, sólo alimentarlo con leche de la madre. Después de los seis meses, se comenzará con la introducción de otros alimentos, pero siempre alternada con la leche materna hasta, al menos, los dos años.
- Evitar el uso de rellenos; la necesidad de su consumo debe ser evaluada junto al médico.
- Asegurar el uso de una técnica adecuada de lactancia. “La producción de leche funciona por la ley de oferta y demanda, así que frente a la sensación de no estar produciendo suficiente leche para alimentar al niño, se debe mantener el estímulo, ofreciendo más veces el pecho y haciendo que la succión estimule la producción”, aclara la doctora Hevia.
- Pedir ayuda a alguien con experiencia, como una matrona o su médico, si se presentan problemas con la lactancia o dolor y grietas en el pezón.
- Ofrecer siempre toda la leche de un pecho y luego continuar con el otro lado, ya que los nutrientes que contiene la leche son distintos al inicio y al final de la mamada; de esta manera se logrará un aporte balanceado al lactante.
- Utilizar, si se requiere, accesorios como un cojín de lactancia, para mayor comodidad.
- Mantener una alimentación completa y variada, aumentando la ingesta de agua, lácteos, frutas y verduras.
- No fumar ni ingerir alcohol o drogas, utilizar solo medicamentos que estén indicados por su médico, disminuir el consumo de té y café y no consumir bebidas energizantes.
- Si no es posible amamantar al niño en alguna ocasión, se puede extraer la leche para almacenarla y darla posteriormente al lactante, procurando una óptima interacción y mejorando el desarrollo afectivo y emocional.
- Recordar que la leche materna se puede mantener:
- A temperatura ambiente hasta seis u ocho horas.
- Refrigerada (no en la puerta del refrigerador) hasta 72 horas.
- En el congelador del refrigerador (en refrigeradores de una puerta) hasta 14 días.
- Y en el freezer del refrigerador (en refrigeradores de dos puertas) hasta tres meses.
La leche materna no se calienta, solo se entibia colocándola en una taza de agua caliente. Para probar la temperatura antes de ofrecerla al niño, se deben poner unas gotas de la leche en la cara interior de la muñeca.
Contraindicaciones de lactancia materna
La doctora Mariana Hevia indica que existen casos muy específicos en los que no es posible amamantar directamente a un niño, como cuando la madre:
- Es portadora de virus VIH o HTLV (virus linfotrópico de células T Humanas) tipo I o II.
- Se ha sometido recientemente a radioterapia.
- Tiene cáncer de mama no tratado.
- Presenta trastornos psiquiátricos específicos, evaluados por un psiquiatra.
- Tiene tuberculosis activa o varicela.
Además, pueden existir otras causas, pero se deben evaluar caso a caso.